El universo, el tiempo avanza sin esperar, siempre sigue su curso. Es lo que el espacio sideral nos muestra, aquella inmensidad, aquella soledad, dejar de caer, dejar de pisar; tal vez, dejar de sentir, dejar de pensar, mirar de lejos, estar en nuestra oscuridad.
Es muestra típica, no podemos esperar menos de un hombre con don en el arte. Nos vamos imbuyendo en nuestros lugares, se hace ligera la vista, para luego hacerse pesada; la respiración se conduce con la imagen; las manos no dejan de sentir la historia, pensamos sobre el pasado, sobre el presente, sobre lo que depara, hasta sobre el idioma; sea lo que es o será, dejarse ir, continuar, creer. Es una película de astronautas, contada sobre una historia que muestra al hombre dentro de sus miedos, siendo este también un hombre frágil, enfrentándose a sí mismo; el que está dentro de la pantalla y el que está afuera.
Alfonso Cuarón y Carlos Reygadas son, sin duda alguna, de los mejores directores de cine internacional. Con Cuarón el lenguaje es perfeccionado y mantiene una comunicación fluida contigo, podría decir que no sólo te cuenta una historia (como comúnmente se dice en el cine) sino platica contigo, te hace pensar, reflexionar.
Es Gravedad (Gravity), un referente en el cine, pero es una película que tal vez no sea la mejor que se ha visto de él, sería injusto dejarla por delante de Children of men que para mi gusto, y de muchos otros, es su obra maestra, pero Gravedad es una película que nos recuerda lo que es expresión artística, y no porque sea él quien la dirige, sino por su comprensión y su control de la narración cinematográfica, esta que nos habla, que nos dice, pero que no cualquiera hace. En la obra el mensaje es evidente, pero no simple, eso le da importancia, aunque también se le resta, para un purista.
Claro que la hipocresía es de todos los artistas, y que en Cuarón se presenta en tanto las estadísticas aparecen en los periódicos sobre cuánto recaudo y cuánto pierde o gana, que seguro le interesa poco, pero que al final lo posibilitan o lo imposibilitan, por su decisión y capricho.
Finalmente, un intelectual que vive en el mundo que critica sin pestañear. Pero no es la primera vez, pues Dalí y Picasso fueron artistas hipócritas también, ¿por qué él no? ¿Recomendarla?, sobra decirlo, es una buena película que necesita ser vista y leída; platicarla, pensarla y sin duda criticarla. Gravedad es lo que nos atrae a la tierra como a la vida, ingravedad es lo que nos separa de ella, que nos hace observarla de lejos, mirarnos desde el cielo.
Publicado en el número

vol. II, núm. 3, octubre-diciembre 2019
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