Te amo con alegría porque tú la provocas en mí todos los días.
Si te pierdo, no sabría reconocer el tiempo.
Te amo, porque dudas de mis acciones, a pesar de mi testaruda conciencia.
Me respetas y yo te respeto, sabemos, al vernos que elegimos
estar juntas.
Me condenó contigo para mantener el viento con fuerza y olvido.
Estoy dispuesta a tu perdón y tu al mío.
Eres capaz de leer la tristeza que con orgullo fijo en mis ojos.
Me mantengo en el camino.
Somos el infinito; cielo, estrellas, planetas, lunas…
Haré de mí el lugar más hermoso que jamás haz visto.
Asómbrame con esa habilidad de contagiar el sabor de tus palabras,
para no detener el camino de las mías.
Haré de mí el mejor movimiento de nuestras vidas.