Las olimpiadas. Críticas y moda pasajera en México

Las olimpiadas son la máxima justa deportiva y multidisciplinaria a nivel internacional, existentes desde el siglo XIX. Éstas se inspiraron en eventos realizados por los griegos en la ciudad de Olimpia, Antigua Grecia. El encuentro deportivo se ha llevado a cabo cada cuatro años a excepción de 1916, 1940 y 1944, años en los que se vivieron la Primera y Segunda Guerra Mundial. Cada cierto tiempo se elige un país anfitrión, en donde se da lugar a la congregación de cientos de atletas de diferentes partes del mundo. Los deportistas seleccionados para participar en este evento deben destacar en su área, pasando por diversos filtros que los conducirán a la oportunidad de representar a sus países de procedencia (Bembibre, 2009). El calificar a juegos olímpicos no es algo fácil, ya que se requiere de la entrega máxima de los deportistas a la disciplina que pertenecen.

Por otra parte, no todo depende de ellos pues es bien sabido que, para participar en eventos de esta magnitud, se requiere del apoyo gubernamental de su país con recursos que se destinen a las diferentes federaciones deportivas correspondientes. Así pues, muchos atletas provenientes de países considerados tercermundistas se enfrentan al nulo apoyo de sus autoridades. Esta situación complica la llegada de los participantes a las justas deportivas, principalmente por dos razones derivadas del casi inexistente apoyo económico, inicialmente, al no percibir una remuneración económica por dedicarse de lleno al deporte de alto rendimiento, se ven obligados a buscar empleos dejando una menor cantidad de tiempo a la práctica deportiva; en segundo lugar, existen deportistas que logran calificar a juegos olímpicos pero no perciben ninguna ayuda económica por ninguna institución para cubrir gastos de viaje. Por dicha razón, se han visto obligados a pedir dinero en las calles y transportes públicos de sus países. Mientras tanto en países de primer mundo se vive todo lo contrario. Resulta difícil y hasta ilógico comparar las condiciones de vida de los atletas en cada uno de ellos, pues los separa un abismo de oportunidades.

Como si la falta de apoyo gubernamental fuera suficiente, los deportistas viven otra importante problemática. La sociedad transmite duras críticas a la participación y esfuerzo que éstos realizan en las competiciones. Tal es el caso de nuestro país, México. En las pasadas olimpiadas de Río en Brasil, calificaron 126 atletas mexicanos que se prepararon arduamente durante los cuatro años previos a dicho evento (Franco, 2016). Algunos no solo dedicaron su tiempo a entrenar para ganar un lugar en las competiciones, sino que también tuvieron que invertir gran parte de su tiempo en la lucha por conseguir esa ayuda económica con la cual fuera posible asistir al país anfitrión. Uno de los casos más representativos de esta situación fue el del boxeador mexicano Misael Rodríguez. Este joven en conjunto con otros compañeros, se vieron obligados a botear en las calles para poder cubrir los gastos de viaje, para asistir tanto al mundial de Qatar (que era una de las distintas paradas para llegar a juegos olímpicos) como para poder llegar a Brasil después de haber calificado. Esta situación es alarmante, después de la participación de Misael en Río y haber ganado la presea de bronce en su categoría, se dio a conocer que la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) retiró el apoyo económico a la federación pugilista (Redacción RÉCORD, 2016).

¡Ah! pero la medalla de Misael es de todos los mexicanos, principalmente de la CONADE por todo su apoyo. Es irónico y hasta absurdo que cuando vemos que un deportista se posiciona en un lugar privilegiado (específicamente al obtener un lugar en el podio) todos los mexicanos, desde las autoridades, hasta el pueblo, se adjudiquen los triunfos que un individuo ha logrado con su esfuerzo y méritos propios. Todos se vuelven críticos y especialistas en la materia. Situación que se pudo apreciar en estas olimpiadas. En diversos medios y redes sociales, muchas personas opinaron sobre la participación del boxeador, bajo el desconocimiento de lo que viven los deportistas en México, con plena ignorancia de la lucha que se vive. Lucha por esclarecer en qué se utilizan los recursos destinados a los atletas. Se dice que, como en todas las instancias de gobierno, la corrupción que enfrentan las federaciones deportivas es algo que se incrementa año con año, viéndose desprotegidos los deportistas de alto rendimiento. Pero cuando alguien gana, todos estamos orgullosos y no nos importa la manera en cómo se ha logrado el triunfo.

Por otro lado, tenemos el caso del taekwondo. Una disciplina que generalmente ha posicionado a los mexicanos en los primeros lugares. Así, cuando fue el turno de los atletas de este deporte, se esperaban grandes resultados. Lamentablemente tres de cuatro taekwondoínes no obtuvieron ninguna medalla. Por ello, la esperanza se enfocó en María del Rosario Espinoza, quien ha tenido ya tres excelentes participaciones en juegos olímpicos. Podemos decir que gracias a ella este deporte comenzó a dar de qué hablar. Las redes sociales se llenaron de imágenes y comentarios haciendo referencia a su participación. Nuevamente muchos mexicanos con pleno desconocimiento del deporte hicieron críticas, pues la taekwondoína se quedó cerca de obtener la medalla de oro frente a la participante china. Algunos escribieron publicaciones en las que solo se desinforma a la gente, se habla de las reglas y características del taekwondo, sin nunca en la vida haberse parado en un tatami, sin sentir lo que es practicar un deporte de lucha como éste. No es fácil vencer a contrincantes como los asiáticos, pues como se ha mencionado, los mexicanos no cuentan con las mismas condiciones (Redacción Excélsior, 2016).

Sin embargo, de la nada, después de la participación de los medallistas mexicanos, surgieron muchos fanáticos de dichas disciplinas. Pues como ellos ganaron, los mexicanos se adjudicaron los triunfos sintiéndose motivados a practicar los mismos deportes. Pero ¿qué vemos?, las escuelas de box y taekwondo, por ejemplo, se llenaron de personas con interés de practicar, lo cual no es malo, por el contrario, es bueno para la salud, siempre y cuando exista constancia y disciplina. Pero esto no sucede. El interés se convierte en una simple moda, que al terminar los juegos olímpicos se empieza a hacer notorio el abandono de los centros deportivos; ya de por sí se considera a los mexicanos perezosos y sedentarios para los deportes. La adopción momentánea de actividad física es un hecho triste y lamentable que debería avergonzarnos como nación, pues nuestros ancestros eran buenos inventores y practicantes deportivos, no solo se encargaban de generar opiniones infundadas.

Hasta ahora, se ha hablado solo de la reacción de los mexicanos con los triunfos de los atletas, pero ¿qué sucede cuando los competidores lo dan todo y no logran obtener una presea? La respuesta es bastante deprimente. Cuando esto ocurre (en el caso mexicano), los espectadores tiran fuertes críticas referentes a su participación. Durante las olimpiadas pasadas, escuché y leí varias opiniones de espectadores tales como: “es que no se mueve bien”, “debería hacer…”, “por eso estamos como estamos” (este es uno de mis favoritos, es un clásico para justificar la mediocridad e incompetencia de algunos con las actividades de otros), “debería entrenar más”, “no se preparó bien”, “no es bueno”, “no sé por qué está ahí”, entre muchos otros. Sin embargo, las críticas no solo van dirigidas al desempeño de los atletas, sino que también expresan prejuicios por la apariencia física.

Tal fue el caso de la gimnasta Alexa Moreno. Ella es una joven de 22 años que ha luchado como casi todos los deportistas mexicanos por conseguir el pase a juegos olímpicos. Alexa no es la típica gimnasta con un cuerpo sumamente delgado, físicamente se aprecia llenita. Lo cual no significa que padezca sobrepeso u obesidad. No obstante, los mexicanos se encargaron de tacharla de gorda y ridiculizarla en redes sociales. Mencionan que la razón por la que no se posicionó entre los primeros lugares es culpa de su gordura. Esto es algo triste, la mayoría de los espectadores que la criticaron son personas perezosas y sedentarias que no gustan de la práctica deportiva, ni por motivos de salud ni por gusto. Simplemente no les atrae la práctica de algún deporte (Inzunza, 2016). De este modo tan pésimo es como los mismos mexicanos destruyen la imagen de quienes los representan, de quienes han luchado varias batallas para estar en ese sitio. Ante esta situación, parece tangible la frase el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano. El desempeño de los atletas no dependerá de la opinión o burlas de los demás, sin embargo, son afectados emocionalmente, pues ellos buscan dar lo mejor de sí para representar a su país y de este no reciben un correcto apoyo, ni económico, ni emocional. No se trata de destruirnos entre nosotros mismos, no se trata de adoptar modas, no se trata de desinformar al público de los deportes, se trata de esforzarnos, de interesarnos, de informarnos y de reconocer lo que a los demás les cuesta conseguir. México no está como está por las acciones del otro, está así por nuestras propias acciones.

La nación, en conjunto con instituciones más transparentes, no solo lograremos que sobresalgan los deportistas sino también todos los mexicanos.

Referencias

Bembibre, C. (2009). Definición de Olimpíadas. En: Definición ABC [En línea]. Disponible en: http://www.definicionabc.com/deporte/olimpiadas.php

Franco, F. (2016). Lista la delegación mexicana que participará en Río 2016. En: Sopitas.com [En línea]. Disponible en: http://www.sopitas.com/638233-delegacion-mexicana-para-rio-2016/

Inzunza, F. (2016). Alexa Moreno recibe crueles críticas según, por sobrepeso. En: Debate [En línea]. Disponible en: https://www.debate.com.mx/show/Alexa-Moreno-recibe-crueles-criticas-segun-por-sobrepeso-20160808-0176.html

Redacción Excélsior. (2016). Revive cómo ganó María del Rosario la presea de plata. En: Excélsior [En línea]. Disponible en: http://www.excelsior.com.mx/adrenalina/2016/08/20/1112154

Redacción RÉCORD. (2016). Misael Rodríguez, digno bronce con suerte en Río 2016. En: RÉCORD [En línea]. Disponible en: http://www.record.com.mx/olimpicos-mexicanos-en-rio/misael-rodriguez-campeon-con-suerte-en-rio-2016