Había algunos niños en la sala, no digo que no debería haberlos, pero en el contexto (no el de la sala y la película que veríamos en particular, sino el de la sociedad que nos contiene) resultaba de entrada un poco extraño. Pasaron los obligados quince minutos de anuncios, las palomitas ya habían perdido el 30% de su contenido original, las luces se apagaron por completo y la niña apareció a las faldas del Tepozteco rodeada de vacas, caballos y una jauría de perros.
Me gusta ir al cine teniendo ya una idea medianamente clara de lo que voy a ver, de Post Tenebras Lux solo había escuchado comentarios negativos ¿de quién? De los medios de comunicación ¿de dónde más? Y digo “los medios de comunicación” porque todos parecen haber sido aceitados y puestos en marcha por el mismo mecánico, parecen ser la misma cosa, una misma persona, una misma mente, el mismo autómata.
Decir que la película no tiene ni pies ni cabeza o que es muy compleja o que es un revoltijo de ideas o que es azarosa o que no tiene historia o que no se entiende, sería lo mismo que decir que no la hemos visto. Sinopsis: Una pareja de clase media-alta deja la ciudad y decide vivir en el campo con sus dos hijos pequeños en una casa de dimensiones considerables donde cuentan con gente de la localidad como servidumbre. La pareja atraviesa por una crisis en su relación a la vez que se relacionan con la gente del pueblo, esta relación los lleva a un acontecimiento trágico. Insistir en la inexistencia del relato es insistir en ser amigos del autómata.La cámara nos indica que lo importante está en el centro, la imagen, que al toparse y cruzar los bordes del aura que centra la acción se duplica tenuemente, parece un sueño, quizá es un sueño. Reygadas ha dicho en diversas entrevistas que no hay determinismos de ningún tipo en su película, que el espectador es libre de pensar lo que quiera, sin embargo estos aspectos técnicos nos sirven de guía y acotan las posibilidades de interpretación, algo hay de onírico en lo que se nos cuenta.
It’s a dream
Only a dream.
And it’s fading now
Fading away
It’s only a dream
Just a memory without anywhere to stay.
(Natalia interpretando
It’s a dream de Neil Young)
Las secuencias de un futuro imaginario se yuxtaponen a un relato trágico, mientras que la inserción de los personajes principales (la familia adinerada) en una fiesta popular, a pesar de pertenecer a la fluidez narrativa, deja ver que la relación entre ricos y pobres tiene siempre algo de onírico, de surrealista. La mirada del director respecto de las clases desfavorecidas es puntual, no se percibe falsa, deja ver que entiende la naturaleza del entramado social que yace en el sótano de la economía mexicana. Un ejemplo de lo contrario podría ser cualquier producción de la televisión nacional y su burdo retrato de la gente pobre o del indigenismo, María la del barrio o la telenovela que ustedes prefieran.
Para cuando los genitales de decenas de personas ocuparon la pantalla y un acto sexual se llevaba a cabo, los niños y sus padres estaban ya cruzando la que, según indicaba el letrero en color azul fluorescente, era la salida de emergencia, no cuando apareció Satanás con su caja de herramientas dispuesto a trabajar sin problema alguno en la casa, no cuando el Guante hablaba de matar a su hermana por la espalda, tampoco cuando el Siete relata la violación por parte de su padrastro a su hermana menor, no, fue el sexo explicito lo que les colmó la paciencia. Para cuando la decapitación tuvo lugar ya éramos menos de cinco en la sala.Ni los niños ni los aburridos ni la película estaban en el lugar adecuando. Post Tenebras Lux no es lo que todos esperaban, es una piedra en el zapato de los críticos, de los espectadores perezosos y de los distribuidores ambiciosos, es incómoda y transgresora hasta con las formas del cine mismo. Es una fortuna que de vez en cuando haya algo que incomode a los autómatas.
