Cuando cerró la boca, los rostros planos de la audiencia transformaron su incomoda expresión por incontables gestos de alarmante gratitud, que le hicieron mostrar una irónica sonrisa producida por el profundo asco hacia el manejo de su estatus. A fin de cuentas, eso le parecía gracioso. Él no pretendía decir más que banalidades confusas, constantes imprecisiones recopiladas en un discurso conmovedor, buscando examinar la respuesta de la audiencia integrada por puñados de niños impresionables e indiferentes y de ancianos desentendidos, desconcentrados, dirigiendo sus miradas al protocolo que ha impulsado sus carreras desde el inicio. Un protocolo que evidentemente les parecía absurdo pero necesario, pensaban lo mismo de aquel que hablaba en la tribuna.
“Got me a movie, I want you to know
Slicing up eyeballs, I want you to know
Girlie so groovy, I want you to know
Don’t know about you…”
Bajó del estrado mientras todos aplaudían, sonrió sintiéndose niño enfrentando una situación cada vez más risible. Reía disimulando el enorme desencanto de estar entre aduladores mientras que María y
Pavel no habían podido asistir. No importa, los verá por la tarde.
A punto de salir, en el momento en que se despedía de sus compromisos verbales, echó una mirada tranquila a Mariana quien iba de la mano de su novio. Recibió la felicitación adecuada y no perdió la oportunidad de lanzarle un coqueteo encubierto que solo ambos entienden, su juego cotidiano. Salió del recinto mientras el novio parecía incomodarse y para su sorpresa Pavel lo esperaba afuera, con una sonrisa socarrona, con un tono de burla:
—Felicidades cabroncito, has hecho el ridículo público más grande de tu carrera y ellos te aplauden por ello. ¿Cómo es posible que consiguieras algo como eso? ¿Eres brujo o algo?
—Así parece. El truco es pasar tres años estudiando algo que todos desconocen… o al menos fingir que lo estudias, para lo que sirve.
—Que enorme confianza. Recuerda que alguien más joven te va a desmentir en algún momento.
—Espero que en ese momento ya esté retirado disfrutando de los frutos de mi trabajo.
—¿Qué trabajo?
—Era sarcasmo.
—Muy chistoso.
(Caminan hacia la salida).
Miran a unas chicas, las nuevas generaciones: demasiado jóvenes para ellos que, aunque no lo parezca, les pesan los años. Ha pasado tiempo.
La misma canción sigue hostigando su mente:
“Andalusia,
But I am un chien Andalusia
But I am un chien Andalusia…
¡¡Pero soy un perro andaluz!!”
—Vamos a ir a lo de la noche.
—Cambio de planes, conciertazo mejor ¿no? ¿O esperabas lucirte entre los invitados por tu nuevo logro?
Seguramente iba a estar Lucia, eso podía ponerse interesante.
—No puedo creer que prefieras una fiesta de lambiscones que pasar un buen reven con tus verdaderos amigos. Este no es el Iván que yo conozco… está bien, acepto el cambio solo si me presentas a esa chica.
—Aún no la conozco, y no esperaba lucirme, solo que tampoco tengo muchas ganas de perder el tiempo solo en mi casa frente al televisor. Por cierto, ¿dónde está María?, dijo que iba a venir.
—Se le hizo tarde, bebió mucho a noche y llego a medio día a casa. Está bien loca.
—¡Seeee!, ella es genial.
(Entran al auto con total tranquilidad, ponen la música estruendosa y aceleran).
Asche zu Asche opaca la rola ubicada en su mente. Al fin llegan.
—Qué pinche lento manejas wey.
—¡¡¡Tu mamá wey, tu mamá!!!
—Ja, ja, que pendejada.
—Déjame, estoy de simplón estoy feliz ¡¡algún pedo!!
—No te preocupes mi nene, este es tu día y nadie te lo va a arruinar.
—Jódete.
(Entran a casa).
—¿Qué onda ya amaneció o que pedo?
—Acaba de amanecer wey, no ma…, estuvo ¡¡po-ca-ma-dre-wey!! Hubieran ido, no mames.
—Seguro. Pero tuve que preparar la ponencia de hoy ¡eh! A la que te invité y no fuiste, por cierto.
—¡¡Neta!! ¿Y qué tal estuvo?
—De la verga, no sabía nada y dijo lo primero que le venía en mente.
—De eso se trataba. Y necesitaba apoyo moral, muchas gracias ¡amigos!
—Aah… no te hagas wey, te valía madres. Ni siquiera invitaste a tu familia, solo nos querías a nosotros para sacarte de allí cuanto antes. ¿O no? Entons no la hagas de a pedo.
—Pst si, chales…
Después de minutos frente al televisor.
Esta noche en Mundo enfermo y triste, gente como usted ¡solo que más patética! ¿Fieles religiosas capaces de tener relaciones sexuales durante seis días seguidos? La fe descansa el séptimo día hoy en ¡Mundo enfermo y triste!
—Ese programa es genial.
María toma asiento junto a Iván, faltan aún unas horas para salir. Se abrazan recostados en el sofá.
—¿Y cuál es el plan?
—Pensé que tú lo sabías.
—Nop.
—¡¡PAVEL!! ¿Qué onda? ¿Cuál es el plan?
—En este momento ir al súper por tragos y comida, comer y beber en lo que llegan los demás. Susy y Alejandro vienen en camino, Sofí allá nos alcanza ¿no?, je.
—¡¡Neta!!, genial…
(En el súper).
—Dos pizzas grandes y comooo… ¿cuatro six?
—Seee.
—La culpa de todo es el Nintendo. Aunque ya no exista ja, ja, ja.
—Como dice el Sandoval.
—Sí wey, por eso tanta pendejez en la juventud, nomás míranos.
—Pues todo no, o ya ni sé…
(Mirada de desconcierto hacia el suelo, más risas).
—Me hacen sentir como en una charla de universitarios incendiarios.
—Yo no he llegado a eso, los últimos que conocí como que ya les vale madres.
(En casa).
Se escucha abrirse una lata, beben con brío. María lo vuelve a abrazar.
—¡¡Felicidades!!
—Como que te tardaste un poquito ¿no?
—Sip. Pero es que no me importa en realidad tu logro. Bueno, lo acepto, la pizza es excelente.
Se besan. Ella entra a ducharse, saldrán en unas horas.
—Oye wey. ¿Te acuerdas de todos los planes que no pudimos realizar en la universidad?
—Si wey.
—Como que es hora de terminarlos ¿no?
—Tal vez, creo que se nos está haciendo tarde. Pero es bueno que aún los tengas en mente, a mí se me están olvidando.
—Yo quisiera olvidarlos.
—Y ya en serio, ¿en serio te la pasaste tan mal en la maestría?
—Pues… el sistema es deficiente, los alumnos son unos verdaderos retrasados mentales, la indiferencia, apatía y el valemadrismo abundan en los pasillos, los profesores son corruptos y el sistema escolar solo busca sacarles el mayor provecho a los bolsillos de los contribuyentes.
—O sea, lo mismo que en las otras escuelas a las que asistimos.
—Así es, no es que todo sea malo, pero de alguna forma aún sigo optando por la honestidad. Desde que lo descubrí he sido un rechazado.
—O sea, toda tu vida, y la mía… Pero así es el punk, ya debes estar acostumbrado.
—Sí, de varias formas. Oye, gracias por ayudarme a ser un rechazado.
—Fue todo un honor.
María baja y parten juntos. Casi en la salida del fraccionamiento encuentran a Susy y Alex, tras las felicitaciones suben también al auto y parten al toquín.
—¿Y cómo te sentiste en público?
—La verdad no tan mal, todos esperaban algo de mí y se los di, una-mera-formalidad.
—Ja, oye pásame eso.
—Sip.
—¿Y qué tal?, entonces no fue nadie. A mí también otra chela, porfa.
—Nadie, todos me abandonaron en el día más importante de mi carrera.
—Ja, ja. Bueno, ya vamos directo a la verdadera celebración.
—Seee, créanme que sin reuniones como estas nada de lo que hiciera tendría sentido.
(Bajan del auto y entran al lugar. Una vieja casa en la que solían organizar eventos musicales).
Las bandas tocan, muy bien, por cierto, el baile es intenso y la bebida refrescante. Julio y Érica están bebiendo demasiado y después de unas horas vuelven a pelearse como es su costumbre. Close to me suena en el escenario y María se acerca nuevamente.
—¿Y qué tal?
—Todo excelente.
—Sabes, en algún momento de nuestras vidas visualicé esto, un momento apacible, de éxito y de pasarla bien con la familia.
—Si oye, el esfuerzo es recompensado cuando las frustraciones quedan atrás. La inspiración se vuelve una costumbre.
—¿Te gusta estar conmigo?
—Sí, mucho. Sabes la otra vez, hace un par de semanas, tuve un sueño de cuando éramos niños.
—En serio, no manches yo con mis trenzas y todo eso.
—Seee, y yo con mi cabello largo. ¿Cómo pude pasar tanto tiempo con el cabello así?, no manches.
Voltean a su alrededor, Pavel baila alocadamente con Sofía. Susy y Alex abrazados. Un cover de Stratovarius de fondo musical. Iván toma la mano de María.
—Aún piensas que no podrás continuar como artista.
—Desearía dejar de pensar en ello, pero me es imposible. Es cada día más difícil comer de esos salarios.
—¿Quieres que te financie algún proyecto?
—Chica, me has ayudado tanto. De verdad que siento un orgullo inmenso al ver que hayas logrado tantas cosas. Es admirable. Además, yo no la paso tan mal, la vida en el presente es muy buena, solo hay que fijarse con cuidado.
—Pero no siempre estamos dispuestos a mirar con cuidado. Después de todos estos años aun creo que
deberíamos estar juntos. Sé que suena a locura, pero…
—No es locura, yo he pensado en lo mismo. Pero la verdad, aunque me gusta este sitio, la paso de maravilla con ustedes, creo que no quiero seguir viviendo aquí. Es cada día más difícil despertar y ver que nadie se mueve, que todos están paralizados y que nuestros nobles esfuerzos parecen conducir a un
camino igual de siniestro y peligroso que el que sigue la ciudad entera.
…
…
…
…
—Oye, ¿y si nos vamos juntos?
Publicado en el número

vol. II, núm. 3, octubre-diciembre 2019
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- Última actualización 23 de enero, 2025