Resumen
Tenía dieciséis años cuando, por primera vez, mi trabajo fue retribuido con unos cuantos billetes. Tenía el sueño de comprarme una guitarra electrónica, pero con las mesadas que me daban mis padres para la escuela no era suficiente. Me decían que eso del rock & roll era una pérdida de tiempo. Entonces, como me es costumbre (y cuando en realidad algo me importa), me aferré a conseguir lo que quería.
A dos casas de la mía vive un amigo de mis padres (ahora amigo mío). Le platiqué de lo que quería comprarme y, muy gustoso, me ofreció trabajo como albañil en su rancho. Acepté en cuanto me dijo que me iba a pagar lo suficiente como para poder comprar mi gusto sin problemas y, aunque a mis padres no les pareció buena idea que yo trabajara fuera de la ciudad, aceptaron a regañadientes argumentando que eso de trabajar me enseñaría el verdadero valor del dinero y que terminaría por invertirlo en otras cuestiones de mayor seriedad.
Leer artículo completo
Si quieres conocer más sobre este tema, te invitamos a leer el artículo completo a través de nuestra revista digital.
vol. III, núm. 2, abril-junio 2020
- Edición:
1.ª ed. - Formato:
- Tamaño del archivo:
33 MB